Se nota que ha habido mucho esfuerzo y dedicación en decorarlo, que no ha sido llegar a una tienda y decir me lo llevo, sino que cada pieza es fruto de un proceso de decisión largo y meditado, buscando la manera de integrar su presupuesto (un poco menos 3.000 euros para todo el comedor) con sus gustos decorativos.
Las sillas, por ejemplo, las consiguió por internet a menos de 30 euros la pieza (tienen algún desperfecto menor), las molduras que ahora decoran las paredes las hicieron ellos mismos, así como la restauración del precioso archivador del fondo y los tablones que decoran la pared opuesta.
La pieza que más llama la atención de todo el espacio, no obstante, es la lámpara de araña que cuelga sobre la gran mesa de madera. Uno diría que en una lámpara así se fue la mayor parte del presupuesto, pero lograron encontrarla de segunda mano por 350 euros, cuando su precio original es de casi 1500.
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