Para Lorenzo el interiorismo es una mezcla de creatividad y practicidad al mismo tiempo, ya que los interiores deben ser, sobre todo, confortables para poder disfrutarlos. Por eso, tras estudiar Historia del Arte, comenzó en la profesión como anticuario, pero pronto este trabajo le dio el conocimiento y experiencia suficientes para ser decorador, ya que los clientes a los que vendía muebles comenzaron a pedirle que decorara sus viviendas.
Así, el primer proyecto relevante que realizó fue la remodelación de la tienda Loewe, en la que fue capaz de aunar una decoración moderna con los elementos más identificativos de la casa de lujo, como son el ante y el cuero. Después realizó proyectos particulares y seis hoteles, entre los que destaca el Grace de Nueva York.
A pesar del aire palaciego y ostentoso de algunos de estos trabajos, Lorenzo confiesa que no quiere que se le encasille dentro de entre estilo, ya que también hace decoraciones más depuradas y menos pomposas, como puede ser por ejemplo la de la tienda Ecoalf, llena de frescura y tonos blancos.
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