Arquitectos: Teresa Mascaro
Área: 30 m²
Año: 2018
El edificio, construido en 1927, fue originalmente un hotel en el parque Flamengo, con vista al mar y al Pan de Azúcar. Un pequeño departamento de 30 metros cuadrados se dividió en tres partes: una sala de estar con cocina, un balcón estrecho junto a las ventanas y un dormitorio. No había baño, pues solía ubicarse fuera del inmueble, con acceso desde la zona común del hotel.
El objetivo principal del proyecto fue abrir la vista desde todas las partes del departamento además de crear un nuevo baño. Por lo tanto, se derribaron todas las paredes internas y se integraron todas las áreas. La zona del dormitorio estaba definida por un cubo de vidrio. Se eligió un material transparente para evitar cualquier posible bloqueo de la vista. Las cortinas opacas plateadas, dentro del cubo de vidrio, atenúan el espacio para dormir.
Junto a la cama hay un armario de ropa vertical que tiene un nicho que sirve como mesita de noche. La cama, que también fue diseñada a medida, está suspendida y debajo de ella hay cajas móviles con ruedas. Cada esquina se usó para almacenamiento. A lo largo de las ventanas de la fachada hay un banco con múltiples usos: un escritorio, un estante o un asiento largo para apreciar la vista más icónica de Río de Janeiro.
El nuevo baño se dispuso linealmente en una de las paredes laterales, detrás de un pilar. De esta manera no interfiere con la vista y su escasa ocupación libera espacio para las otras áreas. Aquí hay dos cabinas separadas por el lavamanos. En el compartimento de la ducha, una ventana circular le permite bañarse y disfrutar de la vista. La cocina, que se encuentra en el lado opuesto de las ventanas, se resume en un solo banco de trabajo que incluye estufa, horno, lavadero, minibar y gabinetes.
La paleta de colores del departamento: azul, verde y amarillo no pretendía evocar los colores de la bandera brasileña, sobre todo porque tiene matices pastel. Por otro lado, podemos decir que el clima tropical fue intencional, dado que el propietario es extranjero y simpatiza con esta idea. La cortina opaca plateada y los muebles de baño grises rompen sutilmente los tonos claros e inspiran un aire algo futurista.
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