VIVIR SIN RED

Vivir sin red eléctrica: así funciona la casa solar asturiana que casi no necesita sol 

Esta construcción 100% desconectada genera cero emisiones y es capaz de captar la poca luz solar de los días más nublados (que son el 80% en el Principado de Asturias)

 La casa, totalmente desconectada de la red eléctrica desde el verano pasado, solo ha utilizado la luz que reflejan las nubes de Asturias, un sitio muy nublado todo el año.

La vida del ingeniero industrial Omar Suárez (Oviedo, 1973) cambió cuando a los 12 años encontró el libro La casa solar en la mesa de trabajo de su padre. Aquella obra, que plasmaba la maravillosa idea de poder vivir en una casa autosuficiente mediante la luz del sol ha guiado el sueño de toda su vida: hacer que las casas funcionen únicamente con este tipo de energía, generando cero emisiones. Sin embargo, Omar, al estar acostumbrado a ver llover casi a diario en su natal Asturias, deseaba diseñar una casa autosuficiente capaz de satisfacer todas sus necesidades energéticas de calefacción, aire acondicionado, agua caliente e iluminación, utilizando muy poca luz, incluso en los días más nublados, algo muy común en esa zona de España. Y lo logró. 

Esta curiosa casa habitada por Omar y su familia parece sacada de una película de Star Trek. Sus paredes blancas y fachada negra la asemejan a una nave espacial incrustada en el césped, ya que se encuentra en una parcela a las afueras de Oviedo. El verano pasado, la vivienda fue totalmente desconectada de la red eléctrica y desde entonces solo ha utilizado la poca luz que reflejan las nubes del cielo asturiano, en el año menos soleado y más frío del que se tenga registro en mucho tiempo. Pero ha sido suficiente: la casa se ha mantenido caliente y ha funcionado a la perfección hasta ahora. Tal y como cuenta el propietario, este éxito es la mayor prueba de la autenticidad de la “casa solar que funciona sin sol”.

Esta curiosa casa con paredes blancas y fachada negra, que asemeja una nave espacial incrustada en el césped, se encuentra en una parcela a las afueras de Oviedo (Asturias). 

A pesar de que hay un sinfín de modelos de casas solares en el mundo, y varios en España muy innovadores, esta casa es peculiar porque es capaz de “funcionar en un lugar donde en pleno invierno no se ve el sol el 80% de los días”, explica al otro lado del teléfono su creador a Icon Design. Hasta ahora, según comenta Omar Suárez, “la mayoría de las casas solares utilizan paneles fotovoltaicos (que son los que permiten transformar la energía del sol en energía eléctrica), o paneles térmicos que no llegan a calentarse lo suficiente y toman energía de alguna red eléctrica, y siguen quemando combustible fósil (aunque sea a niveles mínimos), sobre todo para la calefacción”.

“Hemos creado la vida 100% desconectada y queremos demostrar que es posible vivir en casas solares con la poca luz que reflejan las nubes. Es posible satisfacer las necesidades que pueda tener toda una familia o un edificio, tanto eléctricas como térmicas, sin pagar una sola factura de energía con esta tecnología que hemos patentado en toda Europa: una que puede permitirnos, en muy poco tiempo, descarbonizar los inmuebles, que representan entre el 36% y el 40% de las emisiones generales de CO2 en Europa”, asegura Omar Suárez. 

La primera casa solar en el mundo la construyó en 1948 la científica Mária Telkes (Budapest, 1900) con la reconocida arquitecta Eleanor Raymond (Cambridge, 1887), en el pueblo de Dover, Massachusetts. La escasez que vivió el país tras la Gran Recesión que vino después de la Segunda Guerra Mundial las llevó a buscar soluciones para aquellas personas que no podían pagar los combustibles fósiles necesarios para calentar sus hogares. Así fue como crearon este inmueble de dos dormitorios con ventanas que ocultaban los paneles solares de vidrio y metal.

La casa Dover contaba con paredes que almacenaban recipientes con sal de Glauber, un químico utilizado como laxante de farmacia y como sustancia de acaparamiento de calor en los procesos de revelado y fotografía. Esa tecnología no tiene nada que ver con la tecnología actual que convierte la energía solar en electricidad, sin embargo, ese modelo ha marcado la ruta de partida y ha inspirado a través de los años la construcción de los miles de casas solares que existen en todo el mundo, incluida la de Omar Suárez.
 

 La casa de Dover fue inspirada en la gran recesión que vino después de la Segunda Guerra Mundial.

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