Después de un par de meses sin publicar nada debido a trabajo y problemas de salud comenzamos junio con una cabaña espejo en el centro de México que se camufla en el paisaje y esconde un interior natural y confortable. CASA ETÉREA
Escondida en las laderas de un volcán en San Miguel de Allende, en la provincia de Guanajuato del centro de México, esta sorprendente casa no se integra en el paisaje sino que se camufla en él.
Un efecto que se consigue debido a que la totalidad de su revestimiento exterior está formado de espejos ahumados que esconden una bonita casa de alquiler vacacional de apenas 75 m2.
Más allá del sorprendente diseño, esta casa tiene como gran ventaja que sus vistas desde el interior, permiten a sus invitados vivir al máximo la experiencia de dormir en la montaña pero con absoluta intimidad. Su diseño y planificación ha sido llevada a cabo por el escritor y diseñador Prashant Ashoka quien buscaba además de la cercanía con la naturaleza, su sostenibilidad para que su impacto en ésta sea el mínimo.
La casa funciona con energía solar, el agua utilizada es el agua de lluvia recolectada y utiliza un revestimiento ultravioleta en el espejo que lo hace visible para las aves (para evitarles accidentes) sin dejar de ser reflejante para el ojo humano.
Su interior incluye una planta totalmente abierta con la gran cama ene el centro de la misma. En lugar de ventanas, sus placas son puertas correderas de suelo a techo que pueden abrirse en su totalidad y, al abrirse, se conectan con el exterior que incluyen una terraza con de lamas de madera junto a una piscina/ alberca con todo el encanto de lo rústico.
Su diseñador, se inspira en la "arquitectura emocional". Un concepto acuñado por el arquitecto mexicano Luis Barragán y el escultor y pintor Mathias Goéritz para describir edificios capaces de fomentar estados de ánimo
Su diseño es a su vez una mezcla entre "una instalación artística" y una casa de campo. La fachada espejada de bautizada como la Casa Etérea difumina los límites entre lo salvaje y lo estructurado y distorsiona también la perspectiva del observador que no sabrá distinguir donde comienza y donde termina el paisaje.
En cualquier caso esta cabaña es un legado tiene como objetivo provocar sorpresa, acercarnos a la naturaleza y cuestionar nuestro papel como encargados en la preservación de nuestros ecosistemas.
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